Las enfermedades articulares afectan principalmente al sistema musculoesquelético generando dolor de huesos y articulaciones en personas mayores. Patologías originadas, en la mayoría de los casos, a daños degenerativos causados por el desgaste de las articulaciones. El dolor de huesos y articulaciones en personas mayores se hace presente, cuando a diario se enfrentan a distintas presiones, causando daños severos.
Las complicaciones reumáticas, como la artritis reumatoide o la espondilitis anquilosante son varias de las enfermedades que causan mayor dolor de huesos y articulaciones.
El tratamiento de las enfermedades articulares depende del tipo de dolencia y la fase en que se encuentre la enfermedad. En un primer momento suele aplicarse un tratamiento conservador a base de medicamentos para el dolor de huesos y articulaciones, aplicación de calor y fisioterapia.
El tratamiento farmacológico consiste en antiinflamatorios no esteroideos. En los casos más graves pueden aplicarse opioides para la reducción del dolor. En determinadas ocasiones se utiliza ácido hialurónico para reducir la pérdida del cartílago. Y para casos de derrames articulares, estos se punzan o se tratan con cortisona, inyectándola directamente sobre la articulación afectada para reducir la inflamación.
Además de la medicación es muy importante realizar ejercicios de fisioterapia que contribuyen a reducir el dolor, contrarrestan la pérdida de la función muscular y ayudan a mantener el movimiento de la articulación afectada.
Sin embargo, el desgaste y deterioro de las articulaciones, sobre todo en el caso de los ancianos, no se puede curar por completo. De ahí la importancia de detectar cuanto antes la patología para aplicar un tratamiento que impida que la enfermedad se agrave o se convierta en crónica.
Como medidas preventivas de las enfermedades en las articulaciones y el dolor de huesos y articulaciones, te recomendamos protegerlas al máximo. Esto implica: