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A medida que nos hacemos mayores surgen un sinfín de problemas relacionados con nuestra salud. Quizás los más frecuentes sean los problemas relacionados con la memoria y los huesos; sin embargo, no debemos olvidar los problemas relacionados con nuestra salud visual. Pérdida de visión, vista borrosa o no enfocar bien los objetos son algunas de las consecuencias de los problemas de visión más frecuentes, como presbicia o cataratas. Por ello, hoy queremos hablar un poco más sobre estas últimas.

Las cataratas son un problema relacionado directamente con el cristalino del ojo, una de las partes del mismo que actúa igual que la lente de una cámara: enfocando los objetos que se encuentran lejos y cerca. El problema viene en que su estructura varía con los años y, a partir de los 45, puede producirse una degeneración del mismo.

Esto ocurre cuando las proteínas en el cristalino pierden su efectividad y empiezan a descomponerse. La consecuencia de este hecho es una visión borrosa o nublada, debido a que el cristalino tiende a volverse opaco. Por suerte, la oftalmología ha avanzado tanto que, a día de hoy, una operación de cataratas puede considerarse una intervención quirúrgica fácil y de poco riesgo para la salud.