Los problemas derivados de una visión alterada tienen como consecuencia no poder observar con nitidez, desencadenando caídas, situaciones de dificultad para interactuar con el entorno o salir a la calle. Generando un sentimiento de aislamiento en el anciano y posiblemente desencadenando cuadros depresivos. A fin de prevenir y curar enfermedades de la visión propias de la vejez, es recomendable que la persona mayor se someta a revisiones oftalmológicas de forma periódica.
A partir de los sesenta y cinco años, alrededor de un 30 por ciento de las personas tienen problemas de visión, aunque solo unos pocos sufren alteraciones lo suficientemente importantes como para limitarles en sus actividades diarias.
A partir de esa edad, las pupilas disminuyen su tamaño y reaccionan lentamente en presencia de luz y oscuridad. Por otra parte, los músculos oculares pierden flexibilidad, por lo que los ojos tienen menor capacidad de rotar, mientras el cristalino (nuestro lente natural) se vuelve opaco y amarillento, y las almohadillas de grasa que dan soporte ocular se reducen.
A medida que envejecemos es frecuente que se produzca una pérdida gradual en la audición. Alrededor del 30 por ciento de las personas entre los 65 años y los 75 años, tiene un cierto grado de pérdida auditiva. A partir de los 75 años, este porcentaje se eleva hasta el 50 por ciento.
Entre las principales causas de la pérdida de audición se enumeran:
Varios estudios sugieren que existe una relación entre la aceleración del deterioro cognitivo y la pérdida de audición y visión. Esta aseveración se fundamenta en la relación del ser humano con el mundo que le rodea, dado que las personas con deficiencias auditivas y oculares reciben menos estímulos del entorno, y por lo tanto las funciones mentales disminuyen.
Para tratar toso estos problemas, en Residencia Las Matas tenemos a los mejores profesionales.