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El mejor amigo del hombre se dice que es el perro, este hecho no varía en la vejez; por ello, hoy os hablaremos de los beneficios que pueden reportar ciertas mascotas a nuestros ancianos.

La edad asienta el carácter de los perros. Un cachorro requiere una gran dedicación de tiempo para atender sus necesidades: educación, vigilancia para evitar que se accidente o provoque destrozos en la casa. Si la persona mayor tiene problemas de movilidad y no se siente preparada para afrontar el esfuerzo y el tiempo que conlleva la educación de un cachorro es recomendable que escoja un can mayor de tres años.

Un perro equilibrado debe estar socializado de manera correcta. El perro más recomendable para un anciano es el que ha completado su proceso de socialización de manera satisfactoria. De esta manera, el can no será miedoso, asustadizo, o tendrá tendencia escapista.

Por último, un can sin educación (sin adiestramiento en obediencia de órdenes) con cuatro años resulta más complicado de enseñar que otro que es un cachorro de entre (hasta el año de edad). Por ello, conviene que el futuro dueño mayor de 65 años lo tenga en cuenta para evitar sorpresas y complicaciones en la convivencia con el animal.