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Parece que el frío nos empieza a dejar; poco a poco va llegando un poco más de calor, la primavera, y con ella, las alergias. Éstas producen una mala sensación en el cuerpo; no existe un patrón para determinar a quién le afectan más éstas, pero lo que está claro es que tratándose de ancianos hay que tener especialmente cuidado.

Las alergias son una hipersensibilidad a una partícula o sustancia que, si se inhala, ingiere o toca, produce un tipo de reacción inmunológica exagerada. Es cierto que se pueden producir desde pequeños hasta que somos ancianos; y es que no tenerlas de pequeño no significa que no pueden surgir de la nada cuando somos ancianos.

Las alergias más comunes entre nuestros mayores son la congestión nasal, la rinorrea acuosa y los estornudos. En algunos casos, los síntomas oculares de la conjuntivitis alérgica son los más relevantes; en tal caso se suele producir picazón ocular, lagrimeo, ojos rojos… En los adultos mayores, esto puede ser aún más molesto, ya que es común que muchos sufran de sequedad ocular.

Por tanto, recomendamos que si se sufre de alguna de estas dolencias, se acuda cuanto antes a un alergólogo.