En anteriores ocasiones os hemos hablado de un problema frecuente en la vida de los ancianos, el alzhéimer. Hoy, sin embargo, queremos hacer mención a otro problema típico de las personas mayores y que, muchas veces, es confundido con el alzhéimer. En efecto, hablamos de la demencia senil.
La demencia senil hace referencia a un conjunto de síntomas que incluyen la disminución del funcionamiento intelectual que interfiere con las funciones normales de la vida y se utiliza generalmente para describir a las personas que tienen dos o más funciones importantes de la vida impedidas o perdidas como la memoria, lenguaje, percepción…
Pese a que es difícil evitarla, las diferentes causas de esta enfermedad hacen que la demencia pueda llegar a paliarse; las más frecuentes son el Alzheimer, los cuerpos de Lewy, accidentes cerebrovasculares pequeños…
Merece la pena destacar que la demencia ocurre a una edad avanzada y la mayoría de los tipos de demencia son irreversibles.