Con el paso de los años nuestro cuerpo va sufriendo diferentes cambios y del mismo modo sucede con nuestra memoria. Por ello, es muy importante ejercitarla para no perder capacidades o hacer que las repercusiones sean las menos posibles. En el post de hoy, os contamos las diferencias entre deterioro cognitivo y demencia senil, ambos problemas frecuentes en la tercera edad:
El deterioro cognitivo leve se trata de una disminución de las habilidades de la persona con respecto al pasado, pero no impide que la persona siga siendo independiente en su día a día. En este caso, la persona que lo padece no recuerda todo lo que habla o solicita, pero sí es capaz de recordar direcciones, la habilidad de conducir, etc. Esta patología está asociada con la edad.
Por otro lado, la demencia senil a diferencia del deterioro cognitivo, afecta a las habilidades para la vida diaria, haciendo que las personas que lo padecen tengan dificultad para recordar nombres, recordar direcciones o lugares, realizar tareas sencillas del día a día, etc. Otras de las consecuencias de la demencia senil son la pérdida de interés por relacionarse socialmente, la desorientación y olvidar dónde hemos dejado objetos.
A pesar de las diferencias entre deterioro cognitivo leve y demencia, existen estudios que parecen evidenciar que los pacientes con deterioro cognitivo leve tienen un riesgo mayor de desarrollar algún tipo de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer.
Para evitar estas patologías es importante mantener la mente activa con ejercicios especiales. Gracias a la lectura, el estudio, los idiomas o diferentes juegos, los mayores podrán mantener su capacidad cognitiva e intelectual en buena forma por más tiempo. De esta manera, evitaremos que el deterioro cognitivo termine en un caso de demencia senil.
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