Como todos sabéis, ayer tuvo lugar (como cada año) el cambio de hora de otoño. En este cambio, retrasamos una hora nuestros relojes para hacer que amanezca más tarde y anochezca después. Se trata del conocido como “cambio bueno”, ya que nos permite despertarnos una hora más tarde. Sin embargo, este cambio de hora no siempre es bueno, pues afecta a nuestros biorritmos internos y a nuestro reloj biológico.
A algunas de las personas a las que más afecta este cambio es a los ancianos. Personas jóvenes y sanas no notan, casi nunca, este cambio de hora; como mucho tienen más dificultad para concentrarse o se sienten un poco más dormidos; sin embargo, los ancianos suelen mostrar muchos más achaques, además de tener mucha más dificultad para dormirse por las noches y mucha mayor facilidad para despertarse por las mañanas.
Por estos síntomas los ancianos son las personas más afectadas, debido a que pueden estar un par de días (incluso una semana) con malestar por perder horas de sueño. Pero para “combatir” este problema es necesario seguir una serie de consejos.