Artrosis En las articulaciones tenemos una estructura, el cartílago articular, que se dispone en la articulación cubriendo las superficies articulares. El objetivo del cartílago es mejorar el deslizamiento y facilitar el reparto de carga.
En la artrosis se produce un desgaste a nivel de este cartílago. Al dañarse, el movimiento articular y la carga sobre la articulación se vuelven dolorosos. Aparece dolor e inflamación y se va produciendo un deterioro en la articulación, que puede acabar ocasionando deformidades, limitación del movimiento y finalmente pérdida importante de la función de la articulación.
Aquí lo que está afectada es la estructura ósea. Hay una pérdida de densidad ósea (digamos que el hueso se vuelve menos resistente). El hueso es una estructura en constante renovación: continuamente se produce una formación de hueso nuevo y se elimina el hueso envejecido (reabsorción). En la osteoporosis, este equilibrio formación-reabsorción se rompe, bien porque se elimina demasiado hueso (debido a determinadas enfermedades, al uso de ciertos fármacos…), o bien porque disminuye la formación. Además en la mujer, los cambios hormonales secundarios a la menopausia provocan un mayor riesgo de padecer osteoporosis.
En cuanto a los síntomas, es una enfermedad “silenciosa”: al principio no duele, pero esta pérdida de densidad provoca que los huesos se vuelvan más frágiles, con lo que aumenta el riesgo de padecer fracturas (cadera, muñeca, aplastamientos vertebrales…)
Se deben seguir una serie de medidas, para tratar de disminuir su progresión, así como aliviar los síntomas. Sobre todo hay que tener en cuenta tres factores:
La fisioterapia, ayudará a mantener el rango de movimiento de la articulación, así como a eliminar las contracturas y aliviar el dolor asociado a ellas. Resulta clave en el manejo de esta patología. En lo referente al peso, al aumentar el peso corporal, aumenta la presión que tienen que soportar las articulaciones y con ello el peso al que se ve sometido el cartílago. Por ello es clave mantenernos en un peso adecuado para no sobrecargar más las articulaciones.
La continua formación y eliminación del hueso es un proceso normal. Para la prevención de la osteoporosis es clave:
Hasta los 35 años, nuestra masa ósea (es decir, la cantidad de hueso que poseemos) va aumentando. A partir de esa edad, en el proceso de formación-reabsorción se va perdiendo algo de densidad. Por ello es importante lograr un buen “pico de masa ósea” y para ello es muy importante que realicemos actividad física durante la infancia y juventud. Si logramos un buen nivel de masa ósea, tendremos cierta “prevención” frente a la osteoporosis.