Una rotura o fractura de cadera es una lesión grave, con complicaciones que pueden poner en riesgo la vida. El riesgo de fractura de cadera aumenta con la edad.
El mayor riesgo a sufrir una fractura lo tienen las personas mayores. Esto se debe a que los huesos tienden a debilitarse con la edad (osteoporosis). El uso de múltiples medicamentos, la visión deficiente y los problemas de equilibrio también hacen que las personas mayores sean más propensas a tropezar y caer. Este hecho es una de las causas más frecuentes de la fractura de cadera.
La mayoría de veces, una rotura de cadera exige la reparación o el reemplazo quirúrgico, además de meses de fisioterapia. Tomar medidas para mantener la densidad ósea y evitar las caídas puede ayudar a prevenir la fractura de cadera.
La gravedad de la fractura y la ubicación de la misma son factores de los que depende el tipo de cirugía. También de si los huesos rotos no están alineados de la manera correcta (fractura desplazada), de tu edad y de enfermedades no diagnosticadas. Estas son algunas de las opciones:
El equipo de atención médica seguramente te sacará de la cama y hará que te muevas el primer día después de la cirugía. La fisioterapia en un inicio se centrará en una serie de ejercicios de amplitud de movimiento y fortalecimiento. Dependiendo del tipo de cirugía que hayas tenido y de si tienes asistencia en casa, quizá necesites ir del hospital a un centro de atención médica prolongada como es nuestra Residencia Las Matas.
En nuestra Residencia, puedes trabajar con un terapeuta ocupacional para aprender técnicas de autonomía en la vida diaria, como ir al baño, bañarte, vestirte y cocinar. Tu terapeuta ocupacional determinará si un andador o una silla de ruedas pueden ayudarte a recuperar la movilidad e independencia.