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El cuerpo no reacciona igual ante diferentes agentes en las diferentes estaciones del año, por ello es importante adecuarnos a lo que mejor le venga al cuerpo dependiendo de la temperatura que haga. Uno de esos cambios es la alimentación; por ello, hoy vamos a contar los cambios que debe sufrir la dieta de nuestros ancianos para tener un verano 2015 lleno de sol, alegrías y buenos momentos.

En primer lugar, una de las cosas que debemos cambiar en verano es tomar muchos más líquidos, ya que en verano es cuando más los necesitamos pues sudamos más debido al calor. Para ello, nada mejor que ingerir agua fría, bebidas isotónicas, zumos naturales…

En segundo lugar, debemos consumir más futas de temporada, como el melón y la sandía, que son frutas de verano que contienen un porcentaje muy alto de agua ¿Casualidad? La naturaleza es sabia, escuchémosla.

No debemos abusar de platos de cuchara más propios del invierno y que nos obligan a tener digestiones más difíciles; para ello podemos reducir los platos de cocido, judías, etc; por platos con los mismos ingredientes pero fríos.

Por último, hay que seguir comiendo mucha verdura y proteínas, para continuar teniendo una dieta variada y equilibrada.