Uno de los mayores problemas que tiene el verano para todas las personas es la deshidratación. Las altas temperaturas provocan que nuestro cuerpo se caliente, comencemos a sudar más y que perdamos sales minerales. Todos estos factores afectan a todo el mundo pero un poco más a ancianos y niños pequeños, ya que al tener un cuerpo y una salud algo más débil que el resto de personas pueden tener consecuencias que van desde mareos hasta la muerte.

Por todo eso, es mejor evitar los problemas realizando unas sencillas acciones a lo largo del día:

Beber dos litros de agua al día (mínimo): Este consejo es recomendable a lo largo del año, en verano se transforma de consejo a obligación.
Beber tres litros o tres litros y medio al día: Beber dos litros de agua es una obligación pero lo recomendable en verano es aumentar el consumo a los tres litros.
Sustituir agua por zumos: También podemos dar un respiro al cuerpo y sustituir unos 400 mililitros de agua por zumo, de esta forma también estaremos bebiendo líquido pero con algo más de azúcar.
Bebidas isotónicas: Este tipo de bebidas son especiales para deportistas, pero en verano nos pueden ayudar a recurar las sales minerales que perdemos.
Refrescar la piel: No sólo debemos ducharnos una vez al día, sino que podemos aumentar la frecuencia y refrescarnos con pequeñas duchas cortas de agua fría para refrescarnos.

Si tenéis cualquier tipo de duda, podéis contactar con nosotros aquí.

Necesidad de estar más hidratados en verano